Eduardo Cota. Lalo para los gandules callejeros que lo trataban y mejor conocido como Grecia en el mundo de las drag queens. Se encontraba todas las noches apoyada en sus tacones dorados y acomodándose sus grandes senos de silicona que tanto le habían costado, esperando que la hormona se le agitará a algún conductor de moral distraída que merodiara por su zona a altas horas de la madrugada. Así era su rutina laboral desde que tenía quince años.
A esta vida había incursionado por necesidad, déspues que una noche su padre un viejo calvo y gordo, fumador compulsivo de Marlboro rojo, en una de sus tantas noches de juerga andando ebrio, ya cansado de ver sus delicados movimientos, le propino una golpiza y le dejo claro que para él ya no tenía hijo y que nunca lo tuvo. La madre de Eduardo, señora sumisa y de mirada triste, no dijo palabra alguna y solamente rodó por su cara un bosquejo de lágrima. Con tristeza trató retenerle la mirada a Eduardo sin tener éxito y se limito a agachar la cabeza. Eduardo entendió el mensaje de su madre y tomó sus cosas para no volver. Esa sería la última vez que vería a sus padres…
Él ya había visto a las “Chicas” en la avenida esperando por vender sus caricias. Esa noche intento acercarse a ellas, pero tenía algo de miedo y timidez. Así que se dedicó a observar como era el ritual, hasta que le ganó el cansancio y decidió ir a buscar en un parque cercano un lugar donde dormir.
Al otro día fue al banco a buscar a su hermana Teresa y le contó la situación, le pidió una ayuda económica. Teresa tenía un dinerito ahorrado porque estaba en proceso de casarse, ella lo abrazo fuertemente y le dijo − Eduardo toma este dinero y busca donde dormir, sé que no tienes muchos amigos y que te encuentras una situación difícil pero yo ya no puedo hacer más. Estoy a punto de iniciar una vida. Espero comprendas…
Eduardo la abrazo y tomó el dinero de su hermana. No tenía tiempo para lloriqueos y menos para sentir autocomplacencia. Con ese dinero rento un cuarto de hotel barato y volvió al lugar de las chicas. Sabía cual era el siguiente paso. Les pagaría por que le enseñaran que hacer y como manejarse en el negocio. Esa sería su vida, así lo había decidido.
Así es como conocería a “Gabriela” una veterana en la escena. Se le acercó y antes de poder decirle algo, Gabriela con voz grave y ese tonito característico de las vestidas le dijo − Acércate mushasho no muerdo− guiñándole el ojo de manera coqueta − Si tienes dinero puedes tocarme toda y movía la lengua como un péndulo acompasado.
Eduardo se aproximó. − mmm yo te pago pero… ¡Enséñame a ser como tú!.
Gabriela comenzó a reír como loca, después lo miro fijamente a los ojos y le dijo
−Mi niño − empezó a reír con discreción − ¿o tendría que decirte mi niña?. Esto es algo difícil y poco recomendable, mejor regresa a tu casa. Eduardo después de esta respuesta comenzó a llorar. Gabriela comprendió y desde ese entonces, ella fue su maestra. De ella aprendió a transformarse en “mujer”. Ella fue la que le puso Grecia, porque se le hacía sofisticado. A parte como una broma “Grecia no se hizo en un día”.
Eduardo se aproximó. − mmm yo te pago pero… ¡Enséñame a ser como tú!.
Gabriela comenzó a reír como loca, después lo miro fijamente a los ojos y le dijo
−Mi niño − empezó a reír con discreción − ¿o tendría que decirte mi niña?. Esto es algo difícil y poco recomendable, mejor regresa a tu casa. Eduardo después de esta respuesta comenzó a llorar. Gabriela comprendió y desde ese entonces, ella fue su maestra. De ella aprendió a transformarse en “mujer”. Ella fue la que le puso Grecia, porque se le hacía sofisticado. A parte como una broma “Grecia no se hizo en un día”.
Grecia nunca había tenído un sentimiento hacia sus clientes, era profesional en el arte que le daba de comer y que le ayudaba en su mutación a mujer, le faltaba poco para darle fin a su miembro viril, que tanta repulsión le daba en su cuerpo y transformarse en toda una chica.
Todo iba bien pero una noche llegó un cliente, por lo general les preguntaba su nombre para romper el hielo. Había tenido una noche tranquila sin mucha clientela, cuando se aproximó un Volvo platino, con unos polarizados que no dejaban ver el interior. Lo de los polarizados nunca le dio buena espina a Grecia, pero tenía que talonear y no quedaba de otra. Camino con firmesa y apretujaba sus “nenas” para que el cliente viera la mercancía.
−¿Cómo te llamas Guapo?- mientras mascaba un chicle de menta y miraba el interior del lujoso coche.
−Eloy. −Contestó sin mucha expresividad−. ¿Y tú?
−Soy Grecia.
En eso Grecia ya tocaba a Eloy en la entrepierna mientras decía lo clásico “setenta por el “wuawis” más el condón”. Ocurrió lo que tenía que ocurrir sin complicaciones.
Después del trabajo Eloy le pagó por sus servicios sin más ni más, pero con una expresión en la cara de haber saciado su placer y se despidió diciendo “Grecia, nos estaremos viendo y haber si luego quieres pasar la noche conmigo, total dinero tengo”. Y arrancó rápidamente y se desvaneció en el espació urbano.
−¿Cómo te llamas Guapo?- mientras mascaba un chicle de menta y miraba el interior del lujoso coche.
−Eloy. −Contestó sin mucha expresividad−. ¿Y tú?
−Soy Grecia.
En eso Grecia ya tocaba a Eloy en la entrepierna mientras decía lo clásico “setenta por el “wuawis” más el condón”. Ocurrió lo que tenía que ocurrir sin complicaciones.
Después del trabajo Eloy le pagó por sus servicios sin más ni más, pero con una expresión en la cara de haber saciado su placer y se despidió diciendo “Grecia, nos estaremos viendo y haber si luego quieres pasar la noche conmigo, total dinero tengo”. Y arrancó rápidamente y se desvaneció en el espació urbano.
Ella se quedo con una cierta sensación que no podía describir. Y no sabía a que se debía. Volvió a su esquina a esperar un cliente más, el último de la noche. Pero no pasaba gran cosa. Escuchó a lo lejos una canción que provenía de un marquis negro. “Y te soñé y te pensé en bibliotecas, en hoteles desvarié, no conocí otra mujer, con esa diáfana mirada y esa piel…” el cual se estacionó de manera repentina. Se dirigió al coche y abrió la puerta mientras un joven de larga cabellera y sutil gallardía buscaba algo.
−Hola, ¿vas a querer el servicio?
El joven comenzó a reír y le dijo
− No es lo que parece.
−¡Ash! con ese cuento a otra tonta, jijiji. Ándale seré buena eres el último de la noche.
−La verdad es que se me calleron unos tabacos y no los encuentro. ¿Me ayudas a buscarlos?
−Bueno… Ah, aquí están. Jejeje que raro yo ya haciéndome ilusiones, jejejeje oye y no te llaman la atención mis “nenas”. −Mientras frotaba sus senos en forma circular−.
−Jajajaja la verdad no se ven mal, pero no me gusta el cotorreo con hombres. Bueno me retiro. ¿Un tabaco?
−Ok. Gracias , Soy Grecia, por si luego se te ocurre andar de travieso−Gritó acomodándose la pequeña minifalda mientras el coche partía−. Encendió el tabaco que le obcequio el gallardo joven.
Al quedarse sola, el aroma de los marlboro rojos le ayudó a descifrar la sensación que le dejo el cliente del volvo platino.Le recordaba a su padre, sintió revuelto el estomago y tiró el cigarro… Le supo más amargo que de costumbre.
La próxima vez que volviera Eloy para comprar sus servicios, no sería tan bueno el trato…
−Hola, ¿vas a querer el servicio?
El joven comenzó a reír y le dijo
− No es lo que parece.
−¡Ash! con ese cuento a otra tonta, jijiji. Ándale seré buena eres el último de la noche.
−La verdad es que se me calleron unos tabacos y no los encuentro. ¿Me ayudas a buscarlos?
−Bueno… Ah, aquí están. Jejeje que raro yo ya haciéndome ilusiones, jejejeje oye y no te llaman la atención mis “nenas”. −Mientras frotaba sus senos en forma circular−.
−Jajajaja la verdad no se ven mal, pero no me gusta el cotorreo con hombres. Bueno me retiro. ¿Un tabaco?
−Ok. Gracias , Soy Grecia, por si luego se te ocurre andar de travieso−Gritó acomodándose la pequeña minifalda mientras el coche partía−. Encendió el tabaco que le obcequio el gallardo joven.
Al quedarse sola, el aroma de los marlboro rojos le ayudó a descifrar la sensación que le dejo el cliente del volvo platino.Le recordaba a su padre, sintió revuelto el estomago y tiró el cigarro… Le supo más amargo que de costumbre.
La próxima vez que volviera Eloy para comprar sus servicios, no sería tan bueno el trato…
1 comentario:
solo recordaba monster
me gustó, pero el final no me convenció mucho, y pensar q el homosexualismo es un asunto político!!!, q mal nos va, siempre juzgando carajo, pobresita la wawis jaja, saludos chico, éxito, siguele q vaz bn ok!, yo voy a tí, jaja, q charra
pd, luego t explico q significa charra, es jerga puertorra, sin pretensiones de ofenderlos ehhh, hablamos....
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